OBSERVATORIO
PEDAGOGICO: PRACTICAS PEDAGOGICAS DE AULA EN INSTITUCIONES ESCOLARES DEL
DISTRITO CAPITAL
MARIA VICTORIA
RUIZ ARANDIA
MARIA LUISA
ARAUJO OVIEDO
SOL MERCEDES
CASTRO BARBOSA
JOSE MARTINEZ
UNIVERSIDAD
DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS
FACULTAD DE
CIENCIAS Y EDUCACIÓN
PROYECTO
CURRICULAR DE LICENCIATURA EN QUIMICA
Santafé de Bogotá, D.C.
2002
1.
PLANTEAMIENTO
DEL PROBLEMA
2.
JUSTIFICACIÓN
3.
MARCO
CONCEPTUAL
4.
HIPOTESIS
5.
OBJETIVOS
DE LA INVESTIGACIÓN
6.
METODOLOGÍA
7.
RESULTADOS
ESPERADOS
8.
ESTRATEGIAS
DE COMUNICACIÓN Y
SOCIALIZACIÓN
9.
CRONOGRAMA
10.
PRESUPUESTO
11.
BIBLIOGRAFÍA
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La presente investigación se soporta en la Constitución Política de Colombia, la Ley 30/92, el Decreto 272/98; la Ley 115/94; el Plan de Desarrollo del D.C.-Gestión Pública Amable 2001-2005; y el Proyecto Universitario Institucional. Educación de Calidad para la Equidad Social (PUI UD.) Partiendo del artículo 67 de la Constitución Política de Colombia, la Ley 115, considera que la Educación es un proceso de formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana de su dignidad, de sus derechos y deberes; en virtud de lo anterior, surgen interrogantes sobre el sentido y la función de la pedagogía en el siglo XXI, su desarrollo al interior del aula de clase, de las potencialidades posibles de desarrollar en las personas. Así mismo, quedan inquietudes sobre qué enseñar y como abordar el aprendizaje en la escuela; siendo todos estos cuestionamientos aspectos que convergen en los currículos y sus practicas pedagógicas convirtiéndose así en una problemática educativa de los diferentes grados de escolaridad: Preescolar, básica primaria y secundaria y media. La discusión de estos temas requiere una investigación y análisis concienzudo, de tal suerte que puedan evidenciarse los aspectos pedagógicos que incide en las practicas docentes en profesores que ejercen su profesión.
De dicha indagación se espera confrontar si el desarrollo de las practicas pedagógicas es coherente con las normas vigentes con relación a los modelos pedagógicos y las competencias básicas: comunicativa, cognitiva y lógico-matemática. Para las facultades de educación será una investigación de importancia en la medida en que la formación de docentes deberá ser pertinente con relación a las políticas educativas, teorías cognitivas, modelos de enseñanza y la experiencia misma de las practicas pedagógicas.
Desde esta perspectiva se plantean los interrogantes que orientan la investigación:
¿Qué concepción pedagógica orienta las practicas docentes de los profesores en ejercicio? ¿Qué modelos pedagógicos se desarrollan actualmente? ¿Cómo se evidencia en las practicas pedagógicas de los profesores en ejercicio las competencias básicas? ¿Cómo recolectar información de las practicas pedagógicas que sirva de referente para nuevas propuestas educativas?
2. Justificación
De acuerdo con la problemática expuesta, la ley 115/94 y el Decreto 272 /98, se asume que a la Educación Superior le compete el proceso de formación de educadores en programas de pregrado y postgrado para los tres niveles que abarca la educación formal (CNA, 1998). Es así, como la Universidad Distrital desde su Facultad de Ciencias y Educación y contribuyendo a la consolidación del plan de desarrollo se inserta en la realidad colombiana, constituyéndose d este modo en un espacio público y crítico del conocimiento, observatorio y foro intelectual, entidad propositiva para el mejoramiento de la calidad de vida a través de la educación. Uno de los compromisos de la universidad, consiste en el desarrollo de investigaciones que busquen resolver la problemática que a diario se plantea alrededor del entorno pedagógico en nuestro país, a través de los programas de formación permanente, los cuales permiten la incorporación de metodologías que imponen el desarrollo científico y tecnológico, con base en pedagogías que permita la apropiación y transmisión de dicha cultura académica.
Por tal razón, “El observatorio pedagógico: prácticas pedagógicas de aula en instituciones escolares del Distrito Capital”, se considera una propuesta para avanzar hacia una sociedad del conocimiento. De este modo, el conocimiento sistemático y riguroso de los discursos y prácticas pedagógicas, se constituye en una necesidad que puede ser mirada por la Universidad, en nuevos campos de problemas como los que constituyen las actividades didácticas en el aula de clase en instituciones del D.C.
Al configurar la investigación sobre los conceptos y enfoques vigentes en la práctica pedagógica y educativa, se busca una aproximación metodológica, que posibilite constituir un espacio dialógico en el que las relaciones de la interdisciplinariedad en la formación docente muestren el tipo de propuesta que actualmente requiere la educación en su proceso de cambio.
En este sentido la presente investigación, busca describir la problemática existente, en el manejo de la competencia pedagógica, a través, de los aspectos discursivos que envuelven las competencias básicas que ha de tener el profesor en ejercicio en el desarrollo de su profesión.
La formación continuada de los docentes en ejercicio en el distrito capital, amerita una profunda reflexión por parte de los actores que intervienen en su ejecución y desarrollo, principalmente si se trata de nuestros egresados.
3. MARCO CONCEPTUAL
La profesión docente constituye aspectos relacionados
con la función de enseñar del sujeto actuante en un contexto de aprendizaje. Un
buen docente propone diferencias ideológicas frente a los demás; orienta la
búsqueda del quehacer pedagógico; sabe motivar y confiar un espacio de
acercamiento y diálogo. Actualmente, la profesión docente es considerada como
cualquier otra competencia teórica o técnica, que permite desempañarse en el
campo laboral, dado que ésta, también está sujeta a la competitividad del
contexto social.
Cabe la precisión de que el concepto de docencia, es
calificado como garantía de una relación académica dentro y fuera de ella. Sin
embargo, se puede decir que es una actividad donde se manejan saberes, un
contenido disciplinario, se crean espacios para el aprendizaje; en ese sentido,
la docencia es algo más: es una actividad creativa, innovadora y en constante proceso de construcción; asimismo, conquista
la autoridad profesional y moral. En ese orden de ideas, la docencia es una
actividad ética, valórica y praxiológica[1].
Como concepto y práctica plural, la docencia se aprende
en las instituciones formadoras de docentes; pero el ejercicio de la docencia
se aprende dando clases, enfrentando los conflictos, las carencias de recursos
de apoyo, la inseguridad personal, y superando las deficiencias profesionales. En consecuencia, puede decirse que la
docencia es el proceso de enseñanza de unos saberes específicos; pero también
en la docencia se prepara, se planifica, y es aquí, en donde interviene un
elemento importante como fuente de enriquecimiento para la práctica docente: la
investigación.
En la actividad pedagógica profesional, el maestro puede y debe convertirse en el eje central de las transformaciones que posibiliten concebir la escuela con otra óptica; para ello, es necesario estudiar las formas de actuación del docente, es decir, su actividad pedagógica profesional. Sólo a partir de la comprensión teórica y práctica de estos conceptos se podrán encontrar vías que posibiliten cambiar la noción del docente sobre su actividad pedagógica, logrando un mayor nivel de independencia y creatividad.
El concepto actividad pedagógica profesional depende del
punto de referencia que tomemos. En el caso de los docentes tiene un contenido
muy concreto, que se diferencia del contenido de la actividad de los directivos
educacionales. Sin embargo, los enfoques tanto en uno como en otro caso pueden
ser similares, por lo que los métodos de transformación de los diferentes
niveles tienen puntos comunes: tanto la actividad pedagógica profesional del
maestro como la de los directivos es una actividad de dirección de procesos[2].
4.1. LAS PRACTICAS PEDAGOGICAS
Las prácticas pedagógicas están directamente
relacionadas con la docencia y ésta se orienta alrededor de conceptos tales
como: 1)es una actividad organizada, planeada y sistematizada que aborda las
temáticas comprendidas en el currículo, 2) es la conjunción de la teoría y la
práctica, 3) es la actividad académica que desarrollan los profesores, es la
forma de trasmitir un currículo, 4) es la actividad y asesoría del proceso enseñanza y
aprendizaje, 5) es una actividad
profesional consistente en orientar y participar en la construcción de
aprendizajes significativos, 6) es la aplicación de un plan de estudios, 7) es
un proceso de interacción entre profesores y alumnos con la finalidad de lograr
aprendizajes[3]
Las apreciaciones anteriores, tienen sentido sí las
ubicamos en la lógica de concepción y construcción de la práctica docente de
cada profesor. Todos los conceptos vertidos sobre la práctica docente como
ejercicio de la docencia son válidos; considerando que la docencia es
conducción, asesoría, orientación, aplicación, interacción, transmisión y
participación. En ese sentido la práctica docente en suma ha de ser una
actividad organizada; es de hecho, un proceso desde el momento en que se acepta
interactuar con los alumnos. Por último,
es importante destacar que la práctica docente implica la planificación del
contenido y su organización; de metodologías y su aplicación; implica conocer a
los estudiantes y sus posibilidades y disposición para el trabajo; también
conocer las políticas educativas, normas y los valores institucionales vigentes
para que la función docente pueda desarrollarse en un marco de reflexión y
producción permanente[4].
Teniendo en cuenta esto último, la práctica docente se circunscribe en la problemática institucional, dado que es el espacio donde se desarrolla una propuesta curricular y la práctica docente es una institución educativa; en ese sentido, los problemas que se reflejan en el desarrollo de los cursos hacen parte de la problemática educativa. En consecuencia la práctica pedagógica estará articulada y deberá ser coherente administrativamente con el currículo y con los Proyectos educativos institucionales, los cuales demarcan el horizonte educativo. Por tanto, para mejorar las prácticas docentes, las instituciones deben considerar la inminente necesidad de capacitación y actualización de los profesores; tanto en el ámbito de sus competencias didácticas y pedagógicas, como a nivel del dominio teórico y conceptual de su campo profesional.
4.1.1 Perspectiva filosófica y psicológica de la
práctica pedagógica
La práctica pedagógica desde una perspectiva filosófica,
puede considerarse como forma específicamente humana de relación activa con el
mundo circundante, cuyo contenido estriba en la transformación del mundo en
concordancia con un objetivo; así, la actividad del hombre presupone
determinada contraposición del sujeto y el objeto de la actividad. El hombre
pone al objeto de la actividad en contraposición consigo mismo, como el
material que debe recibir una nueva forma y nuevas propiedades, es decir,
convertirse de material en producto de la actividad. Toda actividad incluye en
sí un objetivo, determinados medios, el resultado y el propio proceso de la
actividad. Por consiguiente, una característica inalienable de la actividad es
su carácter consciente. La actividad es la fuerza motriz real del progreso
social y es condición de la existencia misma de la sociedad. Es necesario
destacar que en el contexto de la práctica pedagógica se encuentra la actividad
cognoscitiva, la valorativa como formas de interrelación del sujeto y el
objeto, y la comunicativa como forma de interacción sujeto-sujeto[5]. En el proceso de transformación del objeto,
el hombre, como sujeto, no puede menos que relacionarse con los demás hombres
como otros tantos sujetos. Debido a que toda actividad del sujeto se encamina
al reflejo adecuado de su objeto de conocimiento (sus propiedades y
regularidades) y a su transformación, hay que precisar las direcciones en que
puede aparecer socialmente la relación sujeto—objeto: 1) la relación de la
sociedad (como sujeto) con la naturaleza o parte de ella (objeto), 2)
relaciones internas de la sociedad donde las diferentes comunidades
socio-históricas o grupos de hombres actúan en calidad de sujeto y de objeto
(tribu, familia, nación, clases sociales, etc). 3)
relación del individuo como sujeto con diferentes objetos de su actividad
social. En este sentido en la práctica pedagógica se debe lograr que el
estudiante se apropie de la realidad y las proyecte en calidad de objeto y
sujeto de su propio proceso, con esto, el educando deja de ser un simple
objeto, un simple receptor de la información que trasmite el maestro. En ese
sentido, la educación, respondiendo a su verdadera naturaleza, se plantea que
los estudiantes no sólo adquieran conocimientos, sino que formen valores,
ideales y convicciones, por tanto, debe superarse los marcos de la relación del
maestro con el educando en que está ausente el diálogo: el educando tiene que
ser concebido como un sujeto, como un ser independiente, creador. La educación
del hombre, resulta imposible si la actividad pedagógica no deja de ser una
estrecha relación unidireccional; es preciso que la práctica pedagógica se
convierta en una actividad humana en el sentido más amplio de la palabra, en la
que tanto el educador como el educando sean sujetos de la actividad, dotados de
iniciativa[6].
Así como la filosofía es inherente a la práctica
pedagógica, la Psicología es también parte constitutiva de la estructura
general de esta actividad. Analizar la actividad de la personalidad de forma
general sólo puede considerarse como producto de la abstracción. Pero a pesar
de la especificidad de las actividades que realiza un sujeto, en todas ellas
podemos encontrar una estructura general común. La psicología estudia los conceptos objetivo y acción. Leontiev, considera
que las acciones mediante las cuales se realiza la actividad constituyen sus
componentes fundamentales y denomina acción al proceso que se subordina a la
representación de aquel resultado que habrá de ser alcanzado, es decir, el
proceso subordinado a un objetivo consciente.
Es conocido que la actividad humana no puede existir de otra manera que
en forma de acciones o grupos de acciones. Hay que considerar que una misma actividad
puede realizarse mediante diferentes acciones y también una misma acción puede
formar parte de diferentes actividades. En el análisis psicológico de la
actividad se hace necesario distinguir entre los conceptos acción y operación.
Análogamente a lo visto con la relación actividad-acción, así ocurre con la
relación acción—operación: una misma acción puede producirse a través de
diferentes operaciones y una misma operación puede formar parte de distintas
acciones.
Estos componentes estructurales de la actividad, las
acciones y las operaciones, no son elementos fijos. En función de los cambios
de motivos que impulsan a actuar y de los objetivos hacia los que se dirige la
actividad, se producen transformaciones que ponen de manifiesto las interacciones
dinámicas entre los distintos componentes de la actividad. Las acciones pueden
transformarse en actividades, y estas en acciones. Entre acciones y operaciones
se producen las mismas ínterrelaciones dinámicas que entre acciones y actividad[7]. Al analizar la estructura de la actividad
pedagógica hay que tener siempre presente el sujeto de esta actividad, su
objetivo, su motivo, las condiciones en que se realiza, los objetivos que
cumple y las acciones y operaciones concretas en que esta tiene lugar; por tanto,
la práctica pedagógica no es una secuencia fija, inarticulada, inestructurada,
está determinada en general por secuencias de acciones o complejos de
acciones, o ambos inclusive que se superponen e interrelacionan de diversas
formas.
4.1.2. Perspectiva
sociológica de la práctica pedagógica
En Bernstein
(1993:72) se comienza con una explicación entre la “práctica pedagógica como
transmisor cultural y lo que ella transmite, en otras palabras, la práctica
pedagógica como forma social y como contenido específico”. Es decir, que se mira el proceso y el contenido de lo
que ocurre dentro de la escuela en
términos de la estructura interna. En ese sentido, la práctica
pedagógica como transmisor cultural contempla una serie de reglas que actúan
selectivamente sobre el contenido de cualquier relación pedagógica. Estas
reglas se refieren a los controles sobre la forma que toman los rasgos
temporales (selección secuencia-ritmo), los rasgos textuales (criterios) y los
rasgos contextuales (jerarquía) que especializan una forma de práctica
pedagógica como una forma de comunicación. Los desarrollos teóricos realizados
sobre “Pedagogías visibles e invisibles” son la base
par formular una teoría sobre la práctica pedagógica. El análisis de la
práctica pedagógica se inicia con la
distinción entre práctica pedagógica en términos de lo que ella transmite
y en otras palabras como forma social y
como contenido específico. La lógica interna de la práctica pedagógica, regula
la forma que adopta la relación pedagógica y la forma que adopta ésta en su contenido. Es preciso, analizar la
relación entre las reglas y las prácticas. Las reglas representan algo así como
el “cómo” de la práctica. En sí mismas ellas no son las prácticas, sino que
orientan hacia los controles sobre la forma que toman los rasgos temporales,
textuales y contextuales de cualquier práctica pedagógica[8].
Es importante anotar que, en el
contexto comunicativo, las reglas de selección, secuencia, ritmo y criterios de
la comunicación (oral, visual, escrita) junto con la posición, postura y
vestido de los comunicantes se refieren al principio de interacción. El principio locativo se refiere
a la regulación de la ubicación física y a la forma de su manifestación, (esto
es, al rango de los objetos y sus atributos, su relación mutua y el espacio en
donde se constituyen. El principio de
interacción dentro del contexto comunicativo crea el mensaje específico, esto
es las reglas específicas para generar lo que cuenta como comunicación/discurso
legítimo y de esta manera generar la gama de sus textos posibles. Es importante
anotar que de clasificación regula la relación entre contextos, mientras que el
principio de enmarcación regula las formas de
realización dentro de un contexto. Las reglas actúan selectivamente sobre el
contenido de cualquier práctica pedagógica. Sin embargo, no especifican la
práctica por seguir. Las reglas no definen cómo se debe realizar la práctica
pedagógica. Las reglas podríamos decir, consolidan los criterios que cualquier
práctica debe reunir. La práctica debe reunir criterios generales de las
reglas. En este sentido, el agente está restringido por las reglas de criterio
(evaluación) sin que estas se definan cómo se realiza la práctica. Por esto, Bernestein dice que toda práctica pedagógica es un asunto
del estilo de los agentes, no de las reglas, aunque el estilo está restringido
por las reglas.
Bernestein distingue dos modalidades de prácticas pedagógicas; las
visibles y las invisibles. En las prácticas pedagógicas visibles se produce una
oposición entre la práctica pedagógica dependiente del mercado que hace énfasis
en las habilidades vocacionales y una práctica pedagógica independiente del
mercado, que reclama para sí una orientación y legitimación derivadas de la
supuesta autonomía del saber. Para Bernestein, las
diferencias de énfasis entre las pedagogías visibles y las pedagogías
invisibles afectan tanto a la selección como la organización de lo que ha de
adquirirse, es decir, afectan al principio de recontextualización
inherente a la creación y sistematización de los contenidos que se adquieren en
contexto específico. Las relaciones entre las prácticas pedagógicas visibles,
las pedagogías invisibles, los procesos de transmisión/aprendizaje y los
cambios que se producen intraindividual o intergrupalmente, dan origen a diferentes modalidades de
práctica pedagógica, que Bernestein denomina como
progresistas, conservadores y radicales. Estas son: Pedagogía progresista
centrada en el individuo, Pedagogía progresista centrada en el grupo, Pedagogía
conservadora centrada en el individuo, Pedagogía radical centrada en el grupo.
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[1] HUERTAS, Antonio. El
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[2] GARCIA, Lisardo. VALLE L., Alberto. Otros. Los Retos del Cambio
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La Habana. 1996. p. 7, 25,64.
[3] BERMUDEZ, Roberto.
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en los Países Iberoamericanos. Ministerio de Educación y Ciencia.
Madrid. 1994. P. 152-160.
[4] Ibid.
p. 160.
[5] GARCIA, Op. Cit. p. 7-25.
[6] Ibid.. 7-25.
[8] BERSTEIN, Basil. Hacia una
Sociología del Discurso Pedagógico.
Cooperativa Editorial Magisterio.
Colombia.
2000. P. 130.